La ciudad de Basilea ha dado un paso más para introducir fuertes sanciones a los padres con hijos que normalmente acuden al colegio con sueño, hambre y sin haber hecho los deberes.
El gobierno cantonal aprobó una enmienda a la Ley de Educación esta semana que prevé penas de hasta 1.000 francos para las infracciones más graves.
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